¿Está bien protegido el suministro de energía eléctrica en el país?
Blindaje de energía eléctrica
Hace 3 décadas, Colombia, para este mismo tiempo, pasaba por uno de los momentos “más oscuros” de su historia. Tras una temporada de un fuerte apagón, un difícil episodio con los cambios climáticos producidos por el Fenómeno del Niño, además de una lista de imprevistos y al mismo tiempo corrupción, dejó al país a oscuras.
Sin embargo, esta gran crisis ayudó a fortalecer el sector con grandes cambios y buenas oportunidades, venciendo momentos de tensión en el sistema que ha permitido solucionar problemáticas y no ser vulnerables a nuevos racionamientos de energía en las fechas anteriores.
No obstante, el país enfrenta desafíos relevantes en el avance de energías renovables no convencionales y toda la transformación y transición energética. Mientras que, la rapidez de los cambios podría afectarse por circunstancias globales –como la guerra entre Ucrania y Rusia– como consecuencia dejaron a Europa expuesta en asuntos de abastecimiento de gas y petróleo, a tal forma de reencender sus plantas térmicas a carbón.
Inclusive por esta situación, para la mayoría la transformación energética continua su camino. Un informe actualizado por la consultora McKinsey, considera que la demanda de electricidad se triplique en el año 2050 a medida que los sectores se electrifiquen y el hidrógeno y los combustibles basados en él, incrementen su atribución de mercado debido a la descarbonización.
Colombia se ha sumado a un gran desafío y ha apostado por el desarrollo de sus energías renovables no convencionales –como la eólica y la solar– para convertirlas en cerca del 16 por ciento de la oferta del país. Mientras que, está a la expectativa de que este año inicien la operación dos unidades de Hidroituango.
Para los años 2025-2026 Colombia tendría una carencia de energía firme del 1% asimismo en 2026 y 2027, dicha carencia incrementaría al 4%, aún si se incorporan todos los proyectos a tiempo. En concordancia con la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (ANDEG).
Por tal motivo, Alejandro Castañeda, director ejecutivo de ANDEG, ha reiterado en que es indispensable que el Gobierno Nacional realice una convocatoria lo más pronto posible y así se efectúe una nueva subasta de Cargo por Confiabilidad para ir cosechando la energía que comenzará a hacer falta a partir de 2025 y cubrir el consumo de los colombianos.
Sin embargo, se están retrasando los proyectos debido a los conflictos sociales y las demoras en las consultas previas; ANDEG destacó que para el año pasado únicamente entraron 180 MW cuando se requerían 1.800MW por compromisos y proyectos.
“Los proyectos que se adjudicaron en la subasta de 2019-2021 deberían haber entrado en enero de 2022, pero no lo hicieron. Eso no significa incumplimiento, pues tienen dos años para poder entrar, entonces, están a tiempo”, aclara el director ejecutivo Germán Corredor de la Asociación de Energías Renovables Colombia, SER Colombia.
Es importante señalar que, a fechas del 15 de mayo, el país cuenta con más de 20 granjas solares, 2 parques eólicos, 10 proyectos de autogeneración a gran escala y 3.000 proyectos solares fotovoltaicos de autogeneración a pequeña escala, con una capacidad de 800 MW. Adicionalmente, el sector registra más de 3.400 MW de proyectos en etapa de construcción
“Tenemos 60 proyectos en operación de pequeña y gran escala con inversiones que ascienden a 635 millones de dólares, ocho de gran escala en pruebas con inversiones de 625 millones de dólares y, adicionalmente, otros 30 proyectos que aseguran una inversión total estimada de alrededor de 1.724 millones de dólares”, señaló el Ministerio.
Las ideas planeadas en el país solares y eólicas, en especial en la Guajira, pasan por una época de incertidumbre. La causa es que la línea que debe sacar la energía que se produce en esa región, aún no inicia su construcción; proyecto conocido como Colectora a cargo del Grupo Energía Bogotá. Son 360 kilómetros de línea que tendría que entrar a finales de este año, pero ya los tiempos se están extendiendo para 2024.
“La entrada de Colectora es crítica. Es fundamental para que los proyectos se puedan conectar y obviamente lo que aspiramos todos es que Colectora pueda iniciar su construcción este año. Vamos a ver si logran terminar las consultas y tener la licencia ambiental, pero obviamente ese es un cuello de botella importante”, explicó Corredor, de SER Colombia.
“Han tenido problemas, en la Guajira, desde el punto de vista social, con bloqueos y protestas. El riesgo, desde el punto de vista de contratos de largo plazo, es que si no la planta entra en operación tiene que salir a respaldarse con energía de la bolsa. Y si Hidroituango no entra en los tiempos y los precios están muy altos, no haría sentido financiero”, le dijo a SEMANA un experto del sector.
Inclusive, estos no son los únicos problemas. La crisis energética que ha generado la guerra entre Rusia y Ucrania ha llevado a los países, en especial a los europeos, a acelerar el desarrollo de energías renovables no convencionales.
¿Cuál sería el impacto de esa situación?
“Vamos a tener una dificultad en la proveeduría de lo que necesitamos para que en Colombia podamos seguir con esa transición energética. Seguramente habrá pedidos muy altos de paneles solares, y de turbinas para energía eólica y solar, y posiblemente veremos un alza en los precios. No vamos a ver los precios que tuvimos en 2019 o en 2018. Todo esto también gracias a un movimiento inflacionario mundial, no solo en materias primas, sino en transporte. Estamos en este momento en una dificultad logística de contenedores. China, por temas de pandemia, todavía está funcionando de una manera intermitente, y de allá viene gran parte de la proveeduría de lo que necesitamos para construir estos parques”, explicó Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgen en el programa de Dinero en Semana TV.
Ella señaló que vamos a tener, “no un rezago, pero sí, una pausa en lo que veíamos en 2019 y en 2020. Pero no va a ser un tema solo de Colombia, va a ser un tema mundial, y yo creo que estas coyunturas, a final de cuentas, también nos hacen reevaluar con qué recursos cuenta cada matriz”, añadió Gutiérrez.
Cabe destacar que, los tiempos de distribución de los proveedores de equipos y construcción de plantas pasaron de 30 meses hace 2 años a 54 meses hoy. Incluso, con el aumento en las tasas por parte de los bancos centrales, es posible que algunos de los proyectos empiecen a ver dificultades en el cierre financiero, lo que podría hacerlos impensable.
Por otra parte, el Gobierno considera la probabilidad de desarrollar una nueva subasta, en el sector hay inclinación en el avance de una idea: aprobar un mecanismo que está estudiando la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), y que lo lideraría la Bolsa Mercantil de Colombia. “Es un mecanismo para hacer subastas permanentemente, algunas de largo plazo para que puedan entrar estos proyectos, aunque también contempla otras de más corto plazo. Las subastas son clave porque son la forma de tener contratos de largo plazo para financiar los proyectos”, dice Corredor. La Creg se encuentra estudiando el tema que ha sido revisado por la Superintendencia Financiera. Se estima que quedaría aprobado este año.
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